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sábado, 30 de marzo de 2013

Sábado Santo, recogimiento y alegría hasta el Resucitado




La Soledad de San Lorenzo en su paso
A la Semana Santa le queda un suspiro, pero hay que apurar todavía las últimas horas. Podemos empezar muy cerca de donde lo dejamos ayer, en la capilla de los Dolores Servitas adosada a la iglesia de San Marcos y muy cerca del convento de Santa Isabel, con una interesante iglesia renacentista y un retablo deJuan de Mesa más que notable. Todo es delicado en esta cofradía, consciente del entorno que pisa. No hay detalle que no esté cuidado con mimo exquisito.
Del recogimiento y el ascetismo de los Servitas, a la alegría que destila la Trinidad, repleta de niños del colegio salesiano con sus tres pasos, cuatro bandas y 2.500 nazarenos. Con su entrada se extinguirá el Sábado Santo, pero para eso todavía falta mucho tiempo y mucho trayecto. En cuanto termine de pasar el preste, no hay tiempo que perder si se quiere contemplar el cortejo cívico-religioso del Santo Entierro en la calle Alfonso XII antes de que se meta en la carrera oficial. Sale a las siete del convento mercedario de San Gregorio, pero una hora antes ya está complicado buscar hueco. Es el único momento de ver al completo la procesión fuera del recorrido acotado pues las representaciones oficiales se retiran después de la Catedral.
Rompan filas al paso del piquete del Ejército que rinde honores al final del cortejo. Hay tiempo de un paseo agradable hasta la Pasarela o la avenida de Portugal, nombrada en honor del país ibérico por el consulado construido para la Exposición de 1929, para presenciar el paso de la cofradía del Sol, la última en llegar a la nómina.
Y del sol a la luna, dónde si no en San Lorenzo. A medianoche se cierra el portón de la parroquia y se abre el postigo de nuestra esperanza en otra Semana Santa al año siguiente. Todavía queda la delResucitado el domingo de Pascua por la mañana puesto que, a cierta edad, ya no tiene uno el cuerpo para empalmar hasta verla salir. Ahí quedó.

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