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lunes, 18 de marzo de 2013

El  proyecto de Reglas introduce la obligación de que las candidaturas vengan avaladas por, al menos, un tres por ciento del censo electoral de hermanos

El proyecto de reforma de Reglas de la hermandad de Los Gitanos promete dar mucho que hablar, y no sólo porque consagre la prevalencia de los hermanos de raza calé para ostentar el cargo de hermano mayor, como ya les contamos aquí. Un vistazo rápido al borrador normativo fraguado durante los últimos 16 meses por una comisión permite descubrir algunas novedades harto llamativas, especialmente en el articulado relacionado con el proceso electoral y los requisitos para ser candidato a hermano mayor.

De esta forma, el nuevo proyecto de Reglas endurece las normas para los candidatos que aspiren a hacerse con la vara dorada de la hermandad a través de la introducción de un mecanismo insólito hasta ahora en el mundo de las cofradías, cual es el de la presentación de avales, una fórmula más propia del universo de la política o incluso de las elecciones presidenciales de algunos clubes de fútbol. Según establece el borrador de Reglas, al que ha tenido acceso este periódico, todas las candidaturas presentadas a hermano mayor deberán venir avaladas "por un número de hermanos equivalente, al menos, al tres por ciento del total del censo electoral", lo que actualmente supondría contar con el aval de entre 100 y 120 hermanos. Los avales deben ir acompañados de nombres, apellidos, números de DNI y firmas de los hermanos que avalen la candidatura, así como copia de su DNI. Además, deben ser intransferibles, por lo que "en el supuesto de que un hermano avale más de una candidatura se tendrá por no prestado su aval a ninguna de ellas".

Los redactores del borrador de Reglas defienden la introducción de este tipo de "filtros previos" en el proceso electoral como un mecanismo válido para otorgar "plena legitimidad y máxima garantía" a las candidaturas que se presenten, en un momento, además, en que desde Palacio se insiste en la necesidad de evitar, en lo posible, las dobles o triples candidaturas. Dicho de otra forma, se busca garantizar que la presentación de una candidatura obedezca realmente al proyecto o a la iniciativa de un mínimo grupo de hermanos que respaldará con su firma esa nueva corriente.

Sin embargo, no son pocos los hermanos que consideran que esta fórmula importada de la política o del fútbol sólo contribuirá a enrarecer un procedimiento, ya de por sí traumático y complejo, como es, en la mayoría de las ocasiones, el proceso electoral. Entienden estos hermanos que un proceso que invita a la captación de avales en los meses previos a la cita electoral sólo provocará la "potenciación de frentes de presión dentro de la hermandad". "La única fómula para captar el voto de los descontentos será poniendo pegas e inconvenientes a la gestión del gobierno actual de la hermandad, lo que generará un ambiente de intranquilidad innecesario", se argumenta. A este respecto, el ex hermano mayor, Antonio Vargas, apela a la sensatez: "Debemos huir de los tecnicismos políticos que complicarían mucho nuestra convivencia y resaltar el espíritu de sencillez y sensatez por encima de todo, utilizando un párrafo de las actuales Reglas que dice: "En general se actuará como el cabeza visible de una familia en la que ha de procurarse en todo momento la unión, la concordia, la amistad, el entendimiento, la ayuda, la paz y el amor entre todos sus hermanos."

Por si fuera poco, un gran número de hermanos se muestra descontento con la redacción de los artículos que intentan consagran la tradición de que el hermano mayor de la corporación tenga la condición de gitano "mientras sea posible", una coletilla cuyo cumplimiento trata de garantizar el borrador de Reglas estableciendo un primer periodo de quince días para la presentación de candidaturas sólo para hermanos de raza calé. En el supuesto de no existir candidaturas, el proyecto de Reglas abre un segundo periodo de quince días en el que podrán presentar sus credenciales a hermano mayor cualquier hermano que cumpla con los requisitois de edad y antigüedad establecidos, "con independencia de que tengan o no la consideración de hermano gitano". ¿Discriminación positiva o marginación?

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