La selección española se ha clasificado para la final del Mundial,
quinta consecutiva, tras imponerse 1-4 a Italia. Tras el gol inicial de
Saad en propia puerta y el empate de Merlim, La Roja mostró su potencial
en una reacción récord gracias a Alemao, Lozano y Lin, que dejan la
tercera estrella al alcance de la mano.
Aicardo, quien ha protagonizado un crecimiento espectacular durante
el Mundial, comenzó de una forma activa el encuentro poniendo en jaque a
la defensa italiana con dos peligrosos disparos en los primeros
minutos. Cuando la gloria está tan cerca, el esfuerzo y la concentración
son las principales herramientas para alcanzarla, así, la defensa cobra
una importancia clave, ya que los errores se equiparan a los aciertos.
Fue clave la gran defensa española, subiendo líneas para asfixiar la
salida de balón de los azzurri y el marcaje al hombre a lo largo y ancho
de todo el 40x20 no para evitar las ocasiones rivales – Romano tuvo una
buena y Lima se encontró con el palo- sino para
paliar su grado de peligro. En esas, llegó el gol de España, con
fortuna, ya que Saad golpeó sin querer el balón, al que no pudo llegar
el guardameta italiano.
Ambos equipos continuaron buscando sus ocasiones, lo cual inclinó el
partido hacia los de Menichelli, que se hicieron con el control del
balón, aunque su posesión no era directamente proporcional a las
oportunidades creadas. La ventaja española continuó en el marcador hasta
el final de la primera mitad.
España salió con otra cara tras la reanudación y con más fuerza en la
presión visitó periódicamente la portería de Mammarella, aunque no tuvo
esa pisca de puntería y fortuna para encarrilar partido. De hecho, en
el ecuador del segundo tiempo, La Roja tuvo que pelear con un golpe
inesperado, un gol de Merlim materializado por una imprecisión
defensiva, aunque la incertidumbre dio lugar a la fuerza. La del
combinado nacional al empatar 11 segundos después, y la de Alemao, para
volver a poner por delante a España, aprovechando una gran asistencia de
Torras.
La esperanza de Italia, desarbolada. Porque Lozano, llegando con
fuerza el segundo palo hizo el tercero, un tanto que acercó sobremanera a
España a su quinta final de un Mundial de manera consecutiva y provocó
el juego de portero-jugador de los italianos. Si el 5x4 fue clave en la
victoria azzurra ante Portugal en cuartos, fue bien defendido por la
defensa nacional. Lin en el 38’ batió a Mammarella para culminar la
gloria, un éxito de dos partes. Italia ya ha participado, ahora Brasil o
Colombia serán el último escalón de un camino estratosférico de tres
estrellas.
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